La Avenida Montaigne, que conecta los Campos Elíseos con el Puente de Alma, es considerada una de las calles más exclusivas y lujosas de París, la capital de Francia. Allí se encuentran las marcas de alta costura más importantes como Chanel, Christian Dior, Louis Vuitton, Chloe, Céline, Thierry Mugler, Saint-Laurent Paris, Prada, Gucci, etc. Además, la vista de la Torre Eiffel desde la Place de l'Alma es espectacular.
Para mí, la Avenue Montaigne, además de maravillosas boutiques o más bien palacios de la alta costura, también está asociada a un restaurante especial: L'Avenue. Está situado en la intersección de Avenue Montaigne – Rue Francois 1er con una pintoresca terraza al aire libre. L'Avenue es el lugar de encuentro de modelos procedentes del casting, de damas elegantes que iban de compras a la Avenue Montaigne, de caballeros ilustres y de turistas parisinos. Podría sentarme allí todo el día y observar lo que sucede.

Cuando miro las imágenes y las impresiones, puedo ver literalmente el aroma que se supone que lo captura todo.  Tiene que ser elegante, muy elegante, pero también chic y sexy, muy presente, bastante ruidoso a su manera pero con estilo, místico pero no oriental, enfoque clásico francés, bastante snob.

Inspiración líquida:

La elegancia floral que además tiene mucho carisma requiere de las mejores esencias florales. Elegí el jazmín francés de Grasse, que todavía es único en su clase. Tiene mucho carisma y un alto nivel de perseverancia y esa cualidad seductora que asocio con las mujeres elegantes y ultra chic. Además de iris, ylang-ylang, violeta y rosa, todos clásicos que acompañan perfectamente al jazmín. La frescura también debe estar presente; con bergamota y notas verdes. Una pizca de frutosidad pero nada más. Base suave que irradia calidez y aporta volumen.

Líquido más fino:

Yo describiría la apertura como seca, polvorienta e intensa, presente con gran carisma. Máxima elegancia, gracias al acabado poco dulce, seco y empolvado. Es la interacción del jazmín con las notas verdes y el cedro del atlas. La sequedad viene de las notas de cuero, pero no son notas de cuero oscuras, sino claras. El aroma se acumula y tiene un curso intenso. Se vuelve más cálido y suave con el tiempo sin perder su potencial. Una fragancia que expresa la distinguida elegancia francesa como ninguna otra.